15.- LA ESCUCHA EMPÁTICA

En forma empática es el poder acompañar a una persona en su momento de gran felicidad, pena, angustia o desafío, dejando que ella dirija el camino. Cuando escuchamos en forma empática, le dejamos saber a la otra persona que estamos presente y que la acompañamos en su trayectoria.


Preguntas incompletas

Una pregunta incompleta tiene la ventaja de dejar muchas cosas en el aire y de darle a la persona las riendas para llevarnos a donde desee ir. Volvemos a escucharle a la pareja argentina.

Indicaciones que queremos saber más

Debemos recordar que el escuchar empático es algo dinámico. No basta tener interés, sino que hay que mostrarlo. Y no basta mostrar interés, hay que sentirlo.

Repetir una frase o palabra clave

Una de las técnicas más importantes de la escucha empática es dejarle saber a la persona que la acompañamos al repetir, de vez en cuando, unas dos o tres palabras en el mismo tono de voz que la otra persona ha usado, o simplemente una de las palabras claves.

Dichos empáticos

Un dicho empático es un comentario como, "entonces en este momento te sientes pésimo", o "veo que estás sufriendo".

Preguntas empáticas

En contraste a las preguntas diagnósticas que son más bien de índole mecánica, las preguntas empáticas van al grano de lo que la persona está sintiendo.

Lenguaje corporal

Uno de los mejores pasos en cuanto al lenguaje corporal es invitarle a una persona a que tome asiento, si no lo ha hecho todavía.

Respetar las pausas

El silencio en las relaciones interpersonales nos molesta. 

Sin embargo, una de las importantes herramientas en el escuchar empático es el de no interrumpir las pausas.

En la escucha empática necesitamos dar a la persona la oportunidad de decirnos cómo se siente realmente. 

Evitar el deseo de ir al rescate y "hacerlo todo mejor" con comentarios tales como "la próxima vez lo harás estupendo," o "necesitas preocuparte menos. 

“Decirle a una persona que con el tiempo una cierta decepción dolerá menos no es muy reconfortante en el momento. 

Una parte importante de la escucha es permitir a la gente liberarse un poco del peso que siente en su pecho.

Hay un estupendo valor terapéutico en poder pensar en voz alta y compartir el problema con quien nos escucha. 

A través de ese proceso, podemos empezar a entender mejor nuestro problema y a nosotros mismos. 

El buen escuchador tiene suficiente confianza en sí mismo para ser capaz de escuchar a otros sin temor. 

Una parte de ser un buen escuchante podría requerir pelear conscientemente para mantener una mente abierta y evitar conclusiones preconcebidas. 

Un mediador podría querer evaluar continuamente su estilo de escucha en una situación dada.

 Por ejemplo, podría preguntarse así misma: ¿Estoy...
• Permitiendo a la persona con el problema controle la conversación?
• Evitando conclusiones prematuras basadas en mis propias experiencias de vida?
• Ayudando al interesado a que se auto comprenda?
• Permitiendo que el sujeto retenga propiedad de su desafío?
• Mostrándole que lo acompaño en su dolor y no lo estoy juzgando




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